Lo sé, no tengo remedio. Tenía que escribir esta entrada del blog aunque hace ya casi un mes (empece a escribirla el mismo día pero al final me he retrasado). Como seguramente muchos habéis seguido por Twitter o Facebook, hace cosa de un mes nos visitó en mi oficina de la Universidad de Chicago el Vice Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.
Ya que el blog pretende "entretener" con anécdotas y curiosidades contaré las principales vivencias que surgieron pero también añadiré una reflexion final porque el día dió para pensar mucho... Si no tenéis mucho tiempo de leer esto os recomiendo iros a la reflexión porque creo que merece la pena.
Por poneros un poco en contexto, el Vice Presidente de EEUU Joe Biden (VP en adelante) visitó la oficina con motivo del lanzamiento oficial de la plataforma abierta de datos genomicos de cancer Genomics Data Commons (GDC), que se ha desarrollado principalmente en el centro donde trabajo (Center for Data Intensive Science). Ya de paso le doy un poco de difusión para aquellos de la comunidad científica que estéis interesados http://gdc-portal.nci.nih.gov. Esta plataforma supone una de las principales apuestas del gobierno de Obama y en concreto del VP dentro de su programa de lucha contra el cáncer conocido como Moonshot.
Todo lo referente a esta visita ha sido de pelicula de espias, sin exagerar. Nos avisaron entorno una semana antes pero nos prohibieron difundirlo y tampoco existió una confirmación oficial interna hasta el Viernes anterior a la visita. Pero aún así seguía siendo secreto. Todos los que estuvimos presentes tuvimos que aportar datos personales al servicio secreto para poder ir (supongo que rebuscarían en mi facebook, twitter, whatsapp, etc) :-P.
Pues bien, hasta ese mismo día a las 5am no se hizo oficial el anuncio de la Casa Blanca a través del Washington Post. Y por supuesto, un día de locura: aparcar a 20 min andando del trabajo, escaner a la entrada, desalojo previo del edificio, no poder salir al baño o comer en todo el tiempo,... En fín de película. Pero bueno, al final de todo podré contar a mis nietos que estuve a menos de un metro del VP de los EEUU. Y como prueba, la foto (para los despistados, el VP es el del centro con corbata de rayas azules, el único que esta posando jajaja):
Bueno, vamos entonces con mi reflexión personal: la verdad que las sensaciones de ese día eran una mezcla de sentimiento de orgullo y, sobretodo, envidia. Puede sonar a topicazo pero incluso aunque yo no he aportado casi nada al sistema que se presentó, he visto el esfuerzo que ha puesto mucha gente (todos los de la foto) para que todo aquello fuera un éxito. Y aunque sea en una ínfima parte, lo poco que yo pude aportar me mereció la pena.
Y envidia, mucha envidia. Envidia de ver como, pese a bromear y parecer que alguna gente pasaba del tema, se respiraba un ambiente de admiración y respeto hacia la figura del VP. Tanto es así que me sorprendió como todo el centro nos reunimos después de irse el VP a ver por la tele su discurso sobre su gestión sobre el cancer en un congreso de investigación aquí en Chicago. Impresionaba ver cómo alguna gente incluso aplaudía y comentaba las cosas y promesas que hacía al respecto. Envidia. Envidia porque jamás en España he visto a ningún vicepresidente/a dar un discurso centrado en la investigación (me da igual el color político). Creo que ni siquiera ministros de ciencia han hecho algo por el estilo o, al menos, no tiene la difusión que aquí. Nuestros políticos prefieren ser vistos en eventos deportivos que en congresos de investigación. O en juzgados. Todavía no he visto un político, ni siquiera en campaña (ahora que la tenemos reciente), que proponga una gran apuesta por la investigación. Se comenta por encima pero eso en España no vende. Claro, si las cosas fueran así en España tal vez se vería a los políticos con más respeto... o no. Yo al menos sí, el mismo respeto y admiración que mostré por el VP. En fín, envidia, envidia y envidia.
Ahora. Con un teclado en condiciones, ...
ResponderEliminarNo envidio el estilo de vida americano y creo que es poco humano y cruel en ocasiones; que lo público sea residual convierte la vida en una jungla y al individualismo en una religión.
Dicho esto, algo habrá que aprender de ellos. Hay un aspecto fundamental que, como tú, envidio: el amor propio/el amor por lo propio.
Para apostar por la investigación es necesario tener un concepto de país que quiera ser puntero en el mundo, que quiera establecerse en un estatus de altas miras y que estas miras sean a largo plazo.
¿Por qué España exporta científicos a todo el mundo?
A ver. Posibilidades:
a) Nuestro sistema educativo es de los mejores del planeta.
b) Los españoles se gastan inmensas cantidades de dinero en formarse en las mejores universidades del mundo.
c) El sistema económico español no absorbe a los titulados superiores altamente cualificados que forma.
¿Cuál es la respuesta correcta? Si los países más avanzados tienen una demanda de puestos investigadores que no son capaces de cubrir con sus propios titulados ¿no será que España se equivoca? ¿Qué negocio es invertir en formación para que se aprovechen otros?
¡Ah, claro! Que las miras deben ser a largo plazo y aquí no vemos más allá de las próximas elecciones. Bien.
Pues nada, sigamos siendo un país de servicios; de camareros (mis respetos a los camareros), de agentes inmobiliarios, de pandereta (mis respetos a las panderetas): sigamos al servicio de otros, ¡qué futuro! ¿no?
Siento admiración y respeto para los políticos de pueblo (aunque alguno acabe en los juzgados). Los de "la gran política" no pueden despertar en mí esa admiración que tú envidias: no son estadistas en el sentido clásico de la palabra, sino meros mantenedores de una forma de ser conveniente para otros intereses, no para los nuestros.
Si no lo digo reviento.